Cuando organizamos un festival como Camarzius, pensamos en la música, en la historia, en los artistas… pero también en lo invisible. En aquello que permite que todo fluya: que un bocadillo llegue justo a tiempo, que te socorran con bebidas frescas, quien diga “cuenta conmigo” antes de que acabes una frase. Y es ahí donde entra Covirán Maripaz.

Un supermercado que va más allá
Covirán no es solo un patrocinador. Es un aliado cotidiano. Su tienda en Camarzana de Tera ha estado ahí durante décadas, resistiendo como los mejores legados romanos. Es un espacio de cercanía, de trato humano, de servicio real al territorio. Su apoyo al festival no es nuevo, pero este año se ha hecho aún más visible… desde lo invisible.
Durante los días del festival, Covirán nos provee de alimentos, bebidas y materiales esenciales para la organización interna. Eso ayuda a la organización, voluntarios, artistas, recreadores y a todo el equipo que hace posible que Camarzius funcione como una maquinaria bien engrasada. Poco glamuroso pero absolutamente vital.
Más que un proveedor
Covirán es una empresa familiar con más de 60 años de historia. Un modelo que apuesta por el comercio local, por negocios autónomos gestionados por personas del propio entorno. Eso les permite competir con grandes superficies sin perder el alma del comercio humano. Y en tiempos de despoblación rural, esa es una forma muy seria de resistencia.
Economía con rostro
Apostar por Covirán es hacerlo por una economía arraigada, justa y valiente. Una tienda abierta en un pueblo es otra luz encendida. Si además apoya la cultura y el encuentro, se convierte en faro.
En definitiva, Camarzius no sería igual sin ellos. Porque la cultura necesita el alimento de lo que somos y lo que fuimos.
Desde aquí nuestro agradecimiento:
🥖 ¡Pan, vino y aplausos para Covirán!